Es rozar sus labios y subir a un estado de euforia jamás experimentado por nadie. Caminar sin estar de pie cuando me tomas de la mano e ir a velocidad de mil por horas cuando estamos tumbados. Mirarte y ver en ti todo lo que tenía perdido. Sentir cada parte de tu cuerpo rozando con el mío y jamás querer que se separen. Compartir lenguas y proteger mutuamente nuestros cuerpos de un frío invierno. Y no me importaría estar abrazados millones de horas, infinitas, solo me importas tú, con tu fiel mirada.
Palabras que sobran en una velada de grandes sentimientos, y es que es ahí cuando te das cuenta de que lo que realmente importa es tu respiración pegada a la mía, sentir que estamos el uno con el otro y dejar que el tiempo pase. Pero no tenemos todo el tiempo del mundo, y por eso te soñaré con mis labios, te desearé con mis manos y viviré el tiempo que haga falta agarrado a mi incertidumbre de si volverás. Y si no vuelves, no seré yo. Tal vez tenga el mismo aspecto, la misma forma y todas esas cosas que te encantaba observar durante eternidades, pero mi corazón estará vació y lleno de esas grandes telarañas tan modernas que lo llenan todo, los recuerdos. +
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Bloggers, ¿Qué tal? ¿Todo bien? Eso espero. Actualizo muy rápido aunque llevo toda la mañana con este texto, y es que la verdad no me termina de convencer mucho, quiero darle más sentimiento, pero ya lo daré en el próximo, que espero que sea muy pronto. Un gran beso.
Yo sí le veo sentimiento, ¿eh? :) me ha gustado bastante.
ResponderEliminarAunque siempre es bueno intentar mejorar. Quién sabe la de maravillas que puede salirle a uno con esfuerzo y dedicación.
¡Saludos!
Muchísimas gracias, de verdad, me alegro mucho que te halla gustado. Y sí, tienes toda la razón, con esfuerzo y trabajo se pueden lograr grandes cosas.
EliminarUn saludo.