Un día me di cuenta que soy imperfecto, sí, un hombre equivocado.

Todos tenemos un pasado que nos atormenta. Todos sufrimos las lágrimas de otros. Todos, y digo todos, miramos atrás para volver, para revivir y vivir en el ciclo del momento. Y sí, no me importaría volver a sufrir si voy a estar a tu lado. No me importaría derramar diez mil lágrimas por tan solo una sonrisa, una.
Hay personas que creen que los errores solo existen en los sueños, pero no, hoy te digo que tanto tú como yo, como aquella señora que cruza la calle, como tu profesora de lengua, como aquel señor que sale en la tele, como tu propia familia o como cualquier persona, cometemos errores. ¿Es malo? ¿Quién tiene una vida sin errores? Nadie, nadie.

Agua que cae, sonrisas por el suelo, un tic tac que no altera su paso, las teclas de un ordenador, los pájaros y su vuelo, cosas cotidianas, sensaciones perdidas que acaban como basura. Pero dejame decirte que no estoy dispuesto a perder nada. Quiero sentir lo que siento, quiero llorar lo que quiero, quiero sonreír lo que deseo, y así, vivir mi vida como un hombre equivocado, como alguien imperfecto. Quiero ser y no ser. Querer y no poder. Luchar y fracasar. Luchar y vencer. Porque así es la vida, un juego de errores y victorias que van encadenados a apareces y desaparecer en cualquier momento. Y nunca olvides que soy una perdona equivocada. Los imperfectos sonrien como perfectos.
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Bloggers, volví, pero ya digo de antemano que no volveré hasta la semana que viene. Tengo exámenes hasta la cabeza. Os dejo este texto que habla sobre ese amigo de algunos y enemigo de otros (yo me incluyo) : El querido pasado. Un gran saludo.