Cuánta distancia había entre nosotros dos estando tan cerquita el uno del otro. Cuanto amor en silencio, calladito para no llamar la atención.

...si alguna vez me has querido de verdad, ¡ven a mí!
Déjame soñar con la facilidad que lo hacia antes, déjame probar el bello perfume del amor, déjame sonreír a cada momento, a cada instantes, porque mi corazón te amará hasta el final.
Todavía recuerdo aquellas tardes donde a la luz del sol, jugábamos a aquel juego. ¿Te acuerdas?
Aquel juego donde solo había una misión: ser felices, pero juntos. 
¿Te acuerdas que siempre ganábamos? ¿Te acuerdas que siempre vencíamos a la tristeza? Que bonitos momentos...hasta que un día, el sol nos abandonó, se fue, y la tristeza nos venció. Es ahí donde nos dimos cuenta que la tristeza ataca cuando la felicidad se va. Y no solo ataca, sino que vence, y no solo vence, sino que destruye.
Y así fue, nos destruyó, nos venció, pero...no destruyó mi amor por ti, te amo, y te esperaré aquí siempre, en el lugar donde empezó todo.
Ahora te estoy tocando el corazón, ese que..una vez fui su dueño. Cierras los ojos, es la mejor manera de sentirlo.
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Una semana más. ¿Como os va todo? A mi como siempre, de subidas y bajadas, pero con fuerzas para seguir adelante, para luchar por lo que quiero y sobre todo para ser feliz. Que pena que a veces la tristeza venza a la felicidad ¿verdad? Os dejo un texto sobre eso, la felicidad y la tristeza pero como siempre, gobernando el amor. A SER FELIZ!