Estas navidades, el mejor regalo eres tú.

Seguidores

martes, 2 de agosto de 2011

La droga...


Gramo a gramo.
Todo iba bien, quedé con unos amigos para ir de fiesta. Quería divertirme, bailar con mis amigos y pasarlo genial.
No bebí nada de alcohol, quería ser madura, pues ya tenía 15 años, quería llegar a casa y decirle a mi madre que no había bebido y que me dijera lo orgullosa que estaba de mi. Bailaba como una loca, algunos se me quedaban mirando y hablaban de mí en voz baja. Me daba igual. Alguien se me acercó, era un tipo guapo, de ojos azules y piel morena.
Me dijo que si quería vivir la vida, que si quería vivir sin problemas y sentirme genial. En ese momento pensé detenidamente lo que hacía, y decidí tomar un poco de cocaína, al fin y al cabo solo sería un poco.
Tan solo iba a ser una vez, no me pasaría nada.
Tomé aquello y me volví loca, no sabía donde estaba pero me sentía genial, como si estuviera en una burbuja.
Terminó la fiesta. Pero yo quería más y más.
Mis amigos me decían que parara, que me iba a enganchar, pero yo salí corriendo sin rumbo.
Era todo tan perfecto.

Ahora estoy en una calle de un pueblo lejano, sin comida, con harapos, y sin un hogar.
Mi madre me busca por todas partes, por eso voy de pueblo en pueblo intentando ocultarme. No quiero que me metan en ningún centro, me suicidaría. No puedo más.
Gramo a gramo me fui convirtiendo en
una drogadicta




1 comentario:

  1. Cómo quisiera uno que estos problemas fueran tan sólo caprichos y se dieran poco, tan poco que nunca tuviera uno a algún conocido cercano que sufra de ello... Pero no. Todos estos problemas son vicios, y lo más difícil es lograr que quien sufre alguno se decida al cambio... Ojalá se le diera la importancia debida a estas cosas, ¡y no sólo a la drogadicción! A todo lo adictivo que daña.

    ResponderEliminar