Estas navidades, el mejor regalo eres tú.

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jueves, 27 de septiembre de 2012

'Por siempre jamás' siempre estará en nuestro querer.

La esencia es algo que nunca se pierde a menos que esté muy dañada. Pasaran los años, y los años, y sentirás lo mismo si eso que sentiste una vez es verdadero. Siempre he querido que pasara, quería verte cuanto antes en mis brazos, quería robarte el mayor beso robado. Y también quería esos instantes que vivimos en los que tu te morías de ganas y yo, un más. Todo cambio cuando pasó, eso de sentirse el más feliz del mundo tarda poco, y si dura mucho, eres un cobarde. Cobarde por el simple echo de que estás mintiéndote. Nadie puede sentir la felicidad eternamente, tal vez lo demuestres pero a la vez sientes por dentro un dolor en el alma más grande que el universo. Los momentos pasan y entonces te das cuenta de que tal vez te hubiera gustado que no pasaran tan rápido. Tal vez te hubiera gustado sentir el deseo un rato más, y saber que todavía te queda la mejor parte. Tal vez te gustaría sentir de nuevo esas infinitas mariposas alegres que rodaban por tu estómago. Querer volver el tiempo y besarte unas mil veces más. Espera, ¿mil? Mejor, diez mil. Quiero que te acurruques a mi lado y me digas esas cosas con las que siempre he soñado. Y sí, soy un soñador en busca de un sueño, todavía no he visto ninguno pero no pararé hasta encontrarlo. Hasta que de la fantasía de mi mente se transforme en la realidad de mi vida. Y cuando ya ha pasado, puede que ya no vuelva a pasar, o por el contrario, que siga ocurriendo. Tal vez sea un recuerdo o algo diario. Tal vez vuelvas, te quedes o te vallas. Y esta vez sin tal vez te digo, que te quiero como nadie, pero nadie, te va a querer. Como en los finales de los cuentos, por siempre jamás.
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Bloggers, tengo que decir que he empezado bastante bien el curso. Es verdad que ya no puedo estar tanto por aquí pero lo hago cada vez que puedo. Hoy os dejo una entrada bastante curiosa. ¿No os ha pasado nunca que os pasa algo y os hubiera gustado esperar un poco más? Al fin y al cabo todo pasa. Poco más que decir. Suerte a todos y un beso enorme.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Formar parte de una derrota que no te importaría sufrir de nuevo.

En el momento en el que te fuiste comprendí que las sonrisas no deben pertenecer a otra persona, que la vida no se regala como los regalos, y mucho menos que debemos dejar parte de nuestros momentos a un lado por darlo todo sin recibir nada. Y es que comprendí que la moda en el siglo XXI es ir y venir cuantas veces uno quiera. Lastimar en un periodo de tiempo en el que el amor es un juego, un juego compartido. No hay reglas y si las hay, todos se las saltan. No hay fichas y si las hay, aparecen y desaparecen con una rapidez inmediata. Tampoco hay tiempo, todo dura lo que las fichas decidan y si todo es cuestión de una noche, dura una noche, no más.
Siempre existe el corazón que queda abandonado en medio de la partida. Se enamoró, lo dio todo y solo recibió pisoteadas de pasos más gigantes que él. Y entonces solo te queda el recuerdo de una bonita derrota. No hay más, besos sin corazón, abrazos sin alma, palabras sin conciencia, y todo en un bonito tiempo de juego. Un juego a el que no te importaría jugar de nuevo, una y mil veces. Volver a sentir sus labios,  sonreír al mismo tiempo que te agarra la mano y te propone un viaje al infinito que comienza pero que nunca llega a su destino final. Y todo queda en una patida de dos acompañado con el corazón de uno. 
Metido en mis pensamientos, llaman a la puerta. Abro y comienzo el mismo juego que abandoné. Y puede que esta vez lo abandone de nuevo, pero en el tiempo que dure amaré más que nunca. Y lo he echo un millón de veces, pero no me importaría hacerlo un millón de veces más.
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Bloggers, lo sé, he tardado mucho pero es han llegado las clases y ahora tengo unos días de descanso. Os dejo un texto que no termina de convencer pero no tengo nada más. Volveré pronto, si puedo.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Los sentimientos son como las personas. Nacen, crecen, se reproducen y algún día mueren dejando el recuerdo.

Me ahogo en una absurda ilusión de cientos. Tal vez tenga que huir, aislar mis miedos en un lugar lejano donde nadie pueda hacerlos crecer. Quizás mi vida tenga que girar tanto que ni yo mismo puedo imaginar mi destino. Tampoco puedo cambiar cada una de las cosas que el tiempo quiso que tuviera pero que ahora es demasiado tarde para que las tenga. El camino se ha detenido en un lugar perdido, un punto muerto del que no sé escapar. No sé si debo regresar o seguir caminado. Y son cosas que no puedo resolver, no hallo la solución. Sí, tiene que haberla pero en este momento no hay nadie que lo haya conseguido encontrarla.Yo sé que amarte estuvo mal, pero aún así lo sigo haciendo. Peco a cada segundo que pasa. Y no me asusto, creo que en la vida las personas toman caminos equivocados. Siempre preferimos sentir aunque esté mal. No es que sea cuestión de elección, ni siquiera de preferencia; la solución está en que nadie decide sus actos, lo hacemos de manera involuntaria a la vida. Caminamos a veces incluso sin mirar dónde pisamos. Amamos sin saber a quién lo hacemos. Sentimos sin miedo a que sea erróneo. Caemos sin saber que lo íbamos a hacer y es en ese momento cuando somos conscientes de lo adelantado que está el camino, pero ya es tarde para borrar el rastro de nuestras pisadas. Regresar te supone recordar cada paso que un día hiciste pero de manera distinta. Duro, pero a veces es la mejor solución para todo. Y caigo en la conclusión de que todo sería más fácil si pudiéramos cerrar los ojos y correr. Correr hasta permanecer en el punto de partida sin haber visto ni sentido nada. Más soy consciente de que huir no es la solución.
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Bloggers, poco días de vacaciones, lo sé pero no hay nada que hacer. Este mes estoy siendo bueno y creo que estoy publicando demasiado. Pero bah, volveré pronto. Hoy os dejo algo fluido, es diferente pero a la vez igual a lo que siempre publico. ¿No es verdad que a veces no sabes si ir hacia delante o hacia detrás? Pues ahí está la cuestión, en hacer lo correcto aunque sea demasiado complicado. Un beso infinito.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Different does not suck. Different is beautiful.

Naces y eres único. Pero también mueres siendo único. Y no hay nadie igual a ti. Nadie es idéntico a nadie. Pero me temo que esa diferencia toma extremos no muy sedeados. La diferencia hiere, te hace sentir mal y no por ti, si no por otras personas diferentes. Y es que parece que todos deben ser diferentes hasta un punto, hasta un cierto proceso en el que todos nos tenemos que parecer. Y si eso no es así, das asco.
Y así vivimos, dando asco por ser diferentes, según dicen. Siendo inútiles, o eso también dicen. Colocamos a cada persona un cartel que no le corresponde, un cartel que humillamos hasta dejarlo desgastado. Y no importa, son diferentes. No sienten, no ríen, no lloran, no hacen nada que los no diferentes hagan. ¿Podéis decirme en qué puto lugar vivimos? O mejor, ¿qué clase de personas somos?
Cada persona tiene la esencia exacta de su ser. Es y va a ser lo que nació y lo que va a morir siendo. Y no, nadie tiene derecho a hundir la vida de otro por degradar. Los gustos, los colores, las formas, todo tiene que ser diferente pero a la vez iguales en la palabra. ¿O me vais a decir que el blanco y el negro son iguales? No, pero los dos son colores y siempre van a ser colores, pero uno es oscuro y otro es claro. ¿Hay algún problema en ello? Si todos los colores fueran iguales, los colores no existirían. Y lo mismo pasa en los gustos, en las formas y en todo lo que nos rodea. Nadie es diferente por no ser igual. Todos vivimos en el mismo mundo y todos somos personas. Personas que ríen, que sienten, que lloran, que tienen días malos y días buenos. Personas, o eso dicen.
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Bloggers, volví. El verano está apunto de correr y marcharse. Es hora de decirle adiós. Y sé que es duro pero hay que hacerlo. Hoy os dejo un texto especial. Todos somos iguales aún siendo diferentes. ¿Algo difícil en entender esto? Pues en esta sociedad cuesta entenderlo. Volveré.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Tan solo un paso de fuerte a débil frente a lo infinitos pasos que hay de débil a fuerte.

De la tristeza pasamos a la alegría en dos segundos de por medio. Y luego, todo vuelve a rotar. Un día las sonrisas son regaladas, y sin embargo otros, forzadas, inacabadas. Y entre tantas idas y venidas de felicidad,  de tristeza, de sonrisas, y lágrimas, existe un alma cansada de luchar. Y es que no paramos de luchar. Un día es un motivo y es tan solo cuestión de horas para tener que luchar por otro. Y a mí, como me imagino que a todos, me gustaría respirar un día el aire fresco de la mañana y poder sentirlo limpio. No dejar que se escape un pequeño mal sabor y tener que salir de nuevo a luchar. Y es que llega un momento en el que las cosas son tan pesadas que no puedes sostenerlas. Y una cosa es la apariencia y otra muy distinta el interior. Yo soy fuerte, por fuera. Y por dentro tengo el alma tan débil que cualquier cosa podría destruirla. Aguanto cosas muy pesadas con el mayor dolor que me queda, pero las cosas se acumulan y tengo que dejar que me aplasten. Tengo que dejar de ser alguien para sentir que soy nada. Tengo que dejar que los problemas me coman impidiendo demostrar mi fuerza, si es que tengo. Y yo siempre digo lo mismo. Piensa en algo muy especial para ti. Algo que desees o que tengas y no quieras perder. Siente que lo vas perdiendo, poco a poco, frente a tus ojos. ¿Sientes rabia?
Un solo motivo para luchar es suficiente para derrochar toda la fuerza que tengas. Luchar como imposible y vencer como posible. Demostrar que que eres alguien cuando has sido nada. Entonces es momento de lanzar todas esas cargas tan alto que toquen las nubes. Hacer que no vuelvan por miedo a la derrota. Y eres tú como somos todos. Héroes de un mundo en el que solo los fuertes de alma sobreviven.
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Blogger, tengo poco que decir. Os dejo un texto triste, sí, pero con la mayor fuerza del planeta. Nunca nadie debe rendirse ante nada. Solo eso.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Llegó la hora del beso.

Se pararon todos los relojes de todo el planeta. No había estrellas pero en ese momento mi vida se llenó de ellas. Viví un eternidad en un instante de segundos. Tus labiosLos míos. Nuestros labios. Y es que compartí  contigo la esencia de la que tanto hablo. Fue un intercambio de emociones que yo jamás había experimentado. Yo, enamorado de ti, querría haber parado el tiempo, ser mago y hacer magia. Volar por el cielo y parar en una nube para seguir besándote toda la noche.
El sabor de tus labios me volvía loco. Era como un frenesís de perfección. Y mientras tanto, yo soñaba con lo perfecto que sería tener ese beso todos los días. En lo perfecto que serían tus palabras en mis oídos y tus manos con las mías. No veía nada, tenía los ojos cerrados y era como estar volando por un mundo creado por nuestros sentimientos. Todo era negro pero era el color que quería sentir, sentir que tus labios besaban los míos con la locura del amor. Quería llevarte a mi cama y enseñarte a soñar, quererte hasta el fin del mundo, despertar a tu lado y besarte de nuevo. Y todo eso en el tiempo de un beso. 
Veinte segundos, o menos, tal vez más, da igual. Yo viví una vida con ese beso que tanto esperaba. Luego vinieron las sonrisas, de la que me alimenté tanto que hoy, después de días, puedo sentirla. Era tan perfecto que no quería terminarlo ahí. El reloj volvió a su continuo tic tac y yo me dormí en tu abrazo. Y allí sigue mi esencia de lo ocurrido. Allí me quedaré, callado, sin decir palabra alguna. Allí, amándote hasta el final. 
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Bloggers, tengo que decir adiós a este hermoso agosto y darle la bienvenida a septiembre. Espero que lo empiece con buen pie. De momento os dejo un texto especial y no digo más. Beso y besos. Magia más magia. Volveré pronto